Si me pidieran que enumerara tres cosas sin las que no puedo vivir ni un día, diría: aire, agua y música.
La música es una parte esencial en mi vida. Si estoy feliz, escucho música. Si estoy triste, escucho música, si estoy estresada o nerviosa, escucho música. La música me relaja.
Por supuesto, para escribir también necesito música. No puedo escribir sin ella. La música me inspira.
Después de leer, la música es mi segunda afición. Colecciono música de todos lados. Mi proceso creativo en la escritura está estrechamente ligado a la música. Escucho una canción y puedo fácilmente imaginarme la escena.
La música alimenta mi imaginación. Hace que vaya aún más lejos en mi fantasía. Siempre, pero siempre que escucho una canción que me gusta, sea por primera vez o por milésima vez, puedo imaginarme claramente una escena. Dos personas caminando a lo largo de un boulevard, tomados de la mano o una mujer llorando desconsolada. Puede ser una escena de acción o una escena de amor.
La música está llena de inspiración, de ideas. Cuando siento que no tengo “ideas” para escribir, busco música nueva. Lo que está de moda o música vieja. Rock o clásica. La música está llena de ideas.

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Hubo una vez que escribiendo un cuento romántico lo unico que escuchaba era Serrat e Ismael Serrano. Solo escuchar la voz de Serrano era suficiente para pensar en mi personaje principal.
Así es, además de la música que identifica una escena, hay música que identifica personajes. Es maravilloso