Helena Moran-Hayes

Helena Moran-Hayes

El 2020 fue el año en que todo cambió para mucho de nosotros, este año tenemos diferentes propósitos de Año Nuevo.

Algunos aprendimos de lo sucedido, otros no tanto pero sin duda, muchos cambiamos.

Muchos perdieron gente, dinero o sanidad mental.

Otras aprovecharon para aprender, trabajar más fuerte o simplemente desconectarse de una vida tóxica y volver a empezar de cero.

Cuando empezamos un año tenemos la sensación que todo lo sucedido se borra y empezamos de cero y no que todo pertenece a una sucesión continua de eventos.

Soñamos con que esta pandemia terminara el 31 de diciembre y el 1 de enero empezáramos todo de cero, como si la vida se reformateara.

Desgraciadamente no es así, pero no significa que nosotros no podemos cambiar o mejorar.

Algo que me enseñó el año pasado es que la estabilidad es una percepción, que de repente puede pasar algo fortuito que te cambia la vida.

Eso siempre lo habíamos visto en situaciones individuales, familias donde muere alguien repentinamente o en la que se ganan la lotería y les cambia la vida, pero no lo habíamos vivido a nivel mundial.

Me enseñó a disfrutar de pequeños momentos de alegría y a disfrutarlos al máximo, también a no estar donde no quiero estar.

Como dijo Jim Rohn: «Si no te gusta donde estás, muévete. No eres un árbol»

Si estás en una situación que por alguna razón no te puedes mover, trabaja, haz un plan para moverte.

Hemos aprendido que la vida no solo es frágil sino efímera.

Hubo varios factores que me ayudaron hacer una especie de «Click» en mi cabeza. Soy fiel creyente de las causalidades, de que nada llega por casualidad.

Y a medida que envejezco me hago más consciente de esas pequeñas señales que te da la vida. Debo confesar que no siempre les hago caso pero ese es uno de mis propósitos para el Año Nuevo, estar más alerta de esas pequeñas señales y hacerles caso.

Una de estas pequeñas señales fue ver la película Soul. Una película sobre lo que crees que es tu misión de vida, encontrar tu «chispa», esa que te hace ser quien eres y de vivir una vida sin pasión o sin encontrar la belleza en los pequeños regalos que te da la vida.

Lee mi entrada Pequeños Regalos

Otro detalle fue que me querida amiga Stefania me regaló un Bullet Journal, y como para mí una agenda es casi como el agua bendita para un demonio, otro de mis propósitos de Año Nuevo fue empezar a usar una, para eso me tuve que leer el manual de usuario o lo que es su equivalente, el libro del Bullet Journal.

Para mí grata sorpresa no solo es un manual de usuario para la agenda es una especie de manual para la vida que me encantó leer (en otro momento les escribiré acerca de él).

Todo puede cambiar de un momento a otro.

Para este año como Propósito de Año Nuevo decidí que aunque tú vida puede cambiar de un momento a otro, tener un plan al menos de corto y mediano plazo, puede ayudar a tu estabilidad mental y emocional, ni con tu organización.

Quizá no cumpla con todo lo que me he propuesto porque por desgracia hay muchos factores externos que no puedo controlar, pero trataré de controlar lo que sí puedo.

Mientras espero que esta pandemia no me quite la poca sanidad mental que tengo, me he propuesto un plan de corto y mediano plazo. Y cuando digo corto, es de día a día y mediano, un plan mensual.

Las prioridades cambian.

Este año entendí lo gracioso e irónico que es pedir por viajes y dinero, en cambio pedí por estabilidad mental, salud y creatividad.

Propósitos de Año Vuevo

¿Tú qué aprendiste de la situación del pasado año y cuáles son tus propósitos para este Año Nuevo?

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