La paciencia y el cuidado con que trabajas tu libro, juegan parte esencial en el proceso de escribir y también de publicar una novela.
En otros tiempos la mayoría de los escritores solían esperar años antes de ver su obra publicada. Los tiempos han cambiado y hoy existen muchas más posibilidades para publicar, que van desde el proceso tradicional de imprimir el libro (que estoy segura de que es la manera como cualquier escritor quiere dar a conocer su manuscrito) hasta la publicación online, pasando por la autoedición y la impresión por pedido.
A medida que he publicado libros, he investigado, leído y averiguado para tratar de hacerle más fácil el camino a las escritoras que vienen detrás de mí. Quiero que tengan paciencia y cuidado y sobre todo, buen ojo.
Por supuesto, antes de buscar editar alternativamente, muchas escritoras agotan las opciones de publicar con una editorial, su plan A, otras tantas se decantan por la publicación online.
Pero de una u otra forma nos tenemos que empapar de información que podría ser útil en caso de que el Plan A falle.
Lección de vida: Siempre ten un Plan B.

Las editoriales no cobran, una entrada para que estés muy pendiente de esas mal llamadas «editoriales»
Existen opciones diferentes de publicación, cada una con sus beneficios y desventajas. La edición por pedido (como Lulú o Amazon) donde cargas tu manuscrito y solo se imprimen ejemplares a medida que se van comprando.
Los e-books, donde el lector compra el libro para leerlo digitalmente y la autoedición son la más populares ya que es por todos sabido lo difícil que es entrar a una editorial como escritora novel.
También es altamente sabido el momento económico por el que estamos pasando a nivel mundial. Las editoriales no se escapan a esta terrible realidad y prefieren apostar por lecturas seguras.
Ten paciencia y cuidado para elegir.
Ahora bien, puedo entender (porque he estado ahí) la loca desesperación que se siente una vez terminado y registrado el manuscrito para publicarlo. Pero este paso en especial es muy delicado.
Existen muchas empresas que se dicen “editoriales” y que se especializan en estafar a escritores jóvenes y desesperados. Las llamadas editoriales de autoedición sin duda son muy populares, pero hay que tener cuidado con esto. Lo primero que debes saber es que la autoedición es el proceso donde el escritor aporta económicamente el 50 o el 100% de la publicación.
Si quieres ver tu obra publicada y ninguna editorial te contesta, ésta es una salida muy válida. Pero ten cuidado con las cláusulas de estos contratos.
En primer lugar una editorial te debería contratar, ya sea que tú pagues o no, por libros escritos, no por tiempo. Así, si una editorial te obliga a firmar por un lapso de tiempo específico y no por obras entregadas, no es de confiar ya que si solo quieres escribir un libro o por cualquier otra razón no escribes más, tienes el compromiso legal de hacerlo. Que te amarren por un tiempo determinado no es confiable.
Otro aspecto muy, muy importante es el hecho de la distribución. Algunas editoriales se comprometen a pagar la mitad de los gastos o que tú pagues el 100%, eso es válido. Pero nunca hablan de la distribución.
Imprimes 5.000 ejemplares, pero no tienes donde colocarlos porque esta “editorial” y tú nunca hablaron de la distribución de tu manuscrito. Entonces tienes 5.000 ejemplares de tu libro amontonados en la sala de tu casa, sin saber qué hacer con ellos.
Piensa en el trabajo y tiempo que se necesita para contactar librerías que coloquen tu novela impresa en sus estanterías.
Para un escritor novel escribir es la parte divertida, emocionante. La logística para dar a conocer la escritura quizá no lo sea tanto, pero es algo que se tiene que hacer si quieres ver tu novela publicada.