A veces invertimos más tiempo en la investigación que en la escritura, pero con organización es posible equilibrar investigar y escribir
Estoy segura que como escritora cuando quieres empezar a escribir un libro quieres buscar todo lo referente a tus ideas y de repente no puedes parar.
Deja de investigar ponte a escribir.
Yo también he pasado por ahí.
Si quiero escribir sobre Edimburgo por ejemplo, empiezo viendo fotos de la ciudad para imaginar escenas secundarias a la historia principal.
Luego algunas calles, barrios, ciudades vecinas hasta que llega un momento que estoy hundida en los más profundos suburbios escoceses y no he materializado la idea.
Investigar y escribir.
Una es tan importante como la otra, no puedes sentarte a escribir sin tener idea de lo que harás, pero tampoco puedes pasar días y meses investigando sin asentar una palabra en la hoja de papel.
Tiene que haber un equilibrio en ambas y los límites los tienes que poner tú.
Cuando investigues trata de anotar puntos importantes.
Si estás en este maravilloso mundo de la escritura, puedes leer mi entrada: Eres escritor.
De manera que cuando llegues a ese punto en tu libro, decidas cuánto lo vas a desarrollar.
Hay momentos en que invertimos en una cantidad de tiempo absurda en investigar locaciones, historia y hasta nombres y cuando vamos a escribir al respecto solo usamos menos del 10% de lo hemos investigado, habiendo desperdiciado un tiempo invaluable que pudimos invertir en escribir.
Algo que he aprendido en el tiempo que llevo escribiendo es en la importancia de la continuidad al escribir (un tema que extenderé en otra entrada), antes me detenía para buscar un nombre o una calle y cuando terminaba de hacerlo, había perdido por completo el hilo de lo que escribía.
Cuando sales de tu ritmo de escritura para buscar pequeños detalles, muchas veces pierdes el tiempo tanto en buscar un pequeño detalle como en volver a recuperar el ritmo.
Investigar y escribir.
Esto es lo que hago con casi todos mis proyectos:
-Investigó antes de empezar.
-Pongo puntos a investigar
-Me pongo un tiempo límite de hacerlo.
-Si por alguna razón una vez que empiezo a escribir, no tengo la información a la mano (por ejemplo un nombre o un apellido), dejó el espacio en blanco y continuó mi ritmo de escritura, cuando termino o en otro momento, busco el dato faltante.
-Tengo algunas páginas guardadas para no perder tiempo buscando. Por ejemplo, tengo páginas de nombres, de apellidos, algunas páginas de turismo donde hay descripciones interesantes de algunas ciudades. Haz tu banco de datos.
Lo importante es que no inviertas más tiempo investigando de lo que puedes invertir escribiendo.
Recuerda que la experiencia de escribir, sin duda, envuelve muchas cosas pero si no te sientas a llenar esas páginas, todo trabajo previo será en vano.
